Mi semestre de Inmersión: De Gerente a Constructor en la Era de la IA

Como mi curiosidad y las contingencias me llevaron a aprender nuevas herramientas para generar soluciones y lo más importante a maximizar mi propia creatividad.

Rodrigo Ortego, Fundador Cara Sur

9/18/20254 min read

Durante más de una década, mi identidad profesional se forjó en la gestión y la dirección de pymes. Mi día a día era un mapa conocido: optimizar operaciones, liderar equipos, tomar decisiones estratégicas. Funcionaba, pero con el tiempo sentí cómo la curiosidad, esa chispa que me había impulsado a emprender, comenzaba a ceder terreno a la rutina de la gestión. Me encontré haciendo una pregunta incómoda: ¿estoy construyendo el futuro o simplemente administrando el presente?

Así que tomé una decisión que para muchos pareció un paso atrás: decidí dejar el mapa conocido de la gestión para volver a ser un aprendiz. Decidí reconectar con mi faceta de creativo, de curioso, y sumergirme de lleno en las herramientas que están moldeando el mañana, no como un director que las supervisa, sino como un constructor que las aprende desde cero.

Del Análisis a la Acción

Mi investigación sobre el reciente informe de McKinsey, que publiqué en La visión del Liderazgo en la era de la IA, confirmó algo que intuía: el mayor freno para la innovación en IA no es la tecnología ni la resistencia de los equipos, sino la falta de visión y audacia en el liderazgo. En lugar de solo escribir sobre ello, decidí que la mejor manera de entender el desafío era enfrentarlo yo mismo. Quería tender un puente entre la estrategia de alto nivel y la ejecución en la línea de código.

El Camino del Aprendizaje: Volver a ser un Principiante

Mi objetivo no era convertirme en un desarrollador senior de la noche a la mañana, sino desarrollar una fluidez en un nuevo territorio digital. Siempre me interesó el lenguaje de código, pero no tenía experiencia ni estudios en el tema. Me sumergí en Python, comencé a explorar las APIs de modelos de lenguaje como Gemini, y aprendí a usar herramientas como Streamlit, Visual Studio Code, etc para dar vida a las ideas rápidamente.

Hubo semanas de frustración, de código que no compilaba y de conceptos que parecían inalcanzables. Pero también hubo esos extraordinarios momentos "eureka", cuando una función finalmente corría como debía o una idea abstracta tomaba forma en una interfaz interactiva. Entendí que para poder guiar a otros en esta nueva era, primero tenía que entender íntimamente el lenguaje de la construcción digital.

Los Primeros Frutos: Una Cartera de Experimentos

Este proceso de aprendizaje no fue teórico. Se tradujo en proyectos concretos, cada uno un campamento base en mi expedición, enseñándome algo nuevo:

  • Maquetado Rápido de Apps: Descubrí la agilidad de crear prototipos funcionales para visualizar nuevos modelos de negocio. Una habilidad que me permite pasar de una idea en una servilleta a una demo interactiva en cuestión de días, haciendo tangibles las conversaciones estratégicas.

  • Construcción de ideas a empresas: Plasmé un circuito de procesos, inputs y outputs, procedimientos, tareas y responsables en tiempo récord, para dejar en funcionamiento un nuevo emprendimiento que hoy está operativo.

  • Sistematización de nuevas herramientas de marketing: Aprendí sobre branding, posicionamiento de marca online y ejecuté un proceso para mi primer proyecto y para cualquier otro proyecto que haga en el futuro, estableciendo manuales maestros de marca, un flujo creativo de pasos a seguir y herramientas digitales para hacer masivo algo que antes no existía.

  • Dashboards Inteligentes: Fui más allá de los gráficos tradicionales. Construí paneles de control que no solo muestran datos, sino que usan IA para identificar tendencias y anomalías, automatizando una capa de análisis que antes era puramente manual y consumía horas.

  • El "Cara Sur Command Center": Finalmente, volqué todo este aprendizaje en un proyecto más ambicioso: un socio de IA para mi propia consultoría. Un sistema que entrené personalmente con mi metodología de 11 años para acelerar y profundizar los diagnósticos estratégicos. Es la primera fusión real de mi experiencia como estratega y mis nuevas habilidades como constructor.

La Nueva Filosofía: El Consultor/Emprendedor como Artesano

Cada uno de estos proyectos me enseñó que la mayor barrera para la innovación no es la complejidad de la tecnología, sino el coraje que se necesita para ser un principiante de nuevo.

Mi objetivo ahora es seguir explorando, aprendiendo y compartiendo abiertamente lo que descubra. La consultoría estratégica, como yo la veo, ya no se trata solo de entregar un PowerPoint con recomendaciones; se trata de entender el problema tan profundamente que puedas empezar a construir la solución.

Este agente de IA y estos prototipos no son el final del camino. Son la prueba tangible del comienzo de una nueva filosofía, personalmente para mí, y para todo lo que haga de ahora en adelante.